El vacío se apodera,
Carcelero de mi pena,
Y no hay defensa posible,
Ni escapatoria plausible,
Si tu cabeza es verdugo,
Y tu vida una condena.
Mis ojos son traicioneros,
La gente desconfiada,
Te señala con el dedo,
¿Y donde hallo el consuelo?
Si quien te quiere reniega,
Y quien desconoce calla.
El silencio se interpone,
Entre las cuatro paredes,
Rebotando, atormentado,
Miles de voces extrañas,
Que mi cerebro rebanan.
Y donde hallar esa luz,
Que parece tan distante,
Corro intentando escapar,
Pero siempre llega antes.
Y esas miradas me duelen,
Y esos gritos que me escuecen,
Como quemaduras vivas,
Latentes, desconocidas.
Señales intermitentes,
Que van lastrando mi vida.
Y no existe la esperanza,
Y piensas en acabar,
Que se callen esas voces,
Que se acaben los reproches,
Poder al fin descansar.
La medicación te pesa,
Deja rota tu certeza,
Y tu miedo se acrecienta,
Y no puedes escapar.
El tiempo es un enemigo,
Que maneja con sus hilos,
Te hace sentir marioneta,
Y no te deja parar.
Quieres sentirte normal,
Quieres hacer comprender,
Pero las bestias acechan,
Sus risas cortan cabezas,
Sus colmillos te hacen daño,
Y solo quieres llorar.
¿Cómo poder escapar?
¿Cómo poder entender?
Si cada vez que lo intentas,
No puedes ponerte en pie.
Solo entre cuatro paredes,
Que te acechan y se ciernen,
Que son un infierno inerte,
De un blanco y gris peculiar.
Son susurros, son hirientes,
Las miradas del presente,
Dudando de tu futuro,
Y piensas en preguntar.
¿Por qué he perdido razones?
¿Donde están las ilusiones?
¿Donde acaba fantasía?
¿Donde empieza lo real?
Y nadie va a contestar,
Porque a nadie le interesa,
No puedes dejar de ser presa,
Eres cordero y el lobo,
Ya sale de la maleza,
Y te quiere devorar.
Otro día en este sitio,
¿Cuándo podré regresar?
Medicación, pasa el tiempo,
Puños desnudos de sangre,
Llaman a mi puerta errante,
Y ya no puedo gritar.
¿Es ilusión o locura?
¿Es realidad o ficción?
Quizás son todos los necios,
Los que me dan su desprecio,
Y yo tenga la razón.
Solo entre cuatro paredes,
Lamentos que no perecen,
Filamentos de otro tiempo,
Garras que del suelo crecen.
Mi mirada ya es vacía,
Mi sentimiento es el miedo,
Mi compañía mis voces,
Mis lamentos son el precio.